Ay de mí, que los billetes no se quedan en mi pantalón,
como hojas de un árbol seco en otoño, se van,
viene y se va,
como si no me perteneciese.
Pero la verdad es que sí, es mío,
me pertenece!
Pero, qué hago si el árbol está seco?
¿Lo talo de raíz, o lo riego hasta esperar se renueve su raíz?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario